Tras una buena salida para frenar cualquier amenaza del alemán Pascal Wehrlein, Mitch Evans mantuvo el liderato durante el primer tercio de la carrera, marcando el ritmo mientras los favoritos preferían ahorrar energía pensando en futuros ataques.
La acción de la carrera empezó a incrementar con el paso de las vueltas y Evans se vio amenazado por Wehrlein, quien llegó a considerar la posibilidad de adelantarle en la Nouvelle Chicane, pero finalmente pensó que aguantar era la mejor opción.
Esto sucedió en el momento en el que varios pilotos decidieron gastar sus primeras activaciones del modo de ataque, con Jean-Eric Vergne siendo el primero del grupo de cabeza en activar el extra de potencia de 250kW.

En ese momento JEV estaba en posición de colocarse líder, ya que Evans y Wehrlein no tardaron en activar sus modos de ataque. Mientras tanto, el alemán le arrebató la posición al neozelandés después de que este empezase a tener problemas con la energía disponible.
Evans luego perdió otra posición con Vandoorne, mientras que Wehrlein pasaba a Vergne en la lucha por la primera posición del Mónaco E-Prix.
Pero de repente, el ritmo de Wehrlein cayó y le dio el liderato a Vergne, quien además activó su segundo modo de ataque en la siguiente vuelta, perjudicando a sus opciones futuras. El francés se veía ganador como así comentaría después en rueda de prensa.
Debido a ello, el francés no pudo evitar dejar pasar a Vandoorne y Evans, mientras que su mala suerte se agravó cuando el Porsche de Wehrlein se quedó parado a la salida del túnel, provocando una bandera amarilla que dejó inutilizable el modo de ataque de Vergne.

Tan pronto como eso sucedía, Vandoorne activó el modo de ataque sin perder la posición en la vuelta 19, pero el accidente del Porsche de Lotterer contra el muro de la primera curva provocó la salida del coche de seguridad.
Con la carrera reanudada en la vuelta 21, Vandoorne ni tan siquiera tuvo que mirar hacia atrás y, aunque Evans pudo recortar una brecha que anteriormente había sido de hasta tres segundos, el belga cruzó la línea de meta primera posición, cogiendo el liderato del campeonato de 2022.
Evans pudo solucionar sus problemas de energía, generados principalmente por estar en cabeza durante las primeras vueltas de la carrera, y pudo abrir un hueco de dos segundos sobre Vergne, terminando en segundo puesto.
Vergne completó el podio después de aguantar los ataques de Robin Frijns hacia el final de la carrera, cuando el piloto de Envision activó su modo de ataque.

La activación del segundo modo de ataque de Da Costa le permitió adelantar a Lucas di Grassi, quien finalmente no pudo aguantar la posición a pesar de hacer una defensa muy dura. Así pudo rehacerse de su mala clasificación y llegó a colocarse detrás de Frijns al final de la carrera del E-Prix de Mónaco.

Nick Cassidy logró la séptima posición después de una conducción intrépida, aprovechando el uso de su modo de ataque muy pronto y luego adelantando a Maximilian Gunther cuando empezó a quedarse sin energía en el clímax de la carrera.

El suizo Sebastien Buemi hizo una gran remontada desde el último puesto para sumar algunos puntos para Nissan, cruzando la línea de meta con solo 0.047 segundos de ventaja sobre la revelación de 2021 Jake Dennis.

El actual campeón Nyck de Vries colocó al segundo Mercedes en los puntos al terminar décimo, cruzando la bandera a cuadros un segundo por delante de Alex Sims, quen continúa esperando para conseguir su primer punto de la temporada.
Edoardo Mortara parecía que podía sumar puntos en Mónaco, pero las luchas con su compañero y archi-rival Lucas di Grassi le dejaron fuera de carrera por un «problema no especificado por el equipo». Por lo que pudímos ver a pie de pista, estos dos compañeros de equipo se jugaron una mala pasada el uno al otro.

Fotografías: Daniel Gonzalez Aguilera